OTRAS HISTORIAS

sábado, 24 de abril de 2021

LA EPIDEMIA DE TIFUS DE 1978


Los primeros días de la navidad, vecinos de la zona del sur de la barriada comenzaron a sentirse indispuestos. A primeros de enero del nuevo año, los casos iban proliferando hasta que en vísperas de reyes, dos ingresados en el hospital son diagnosticados de tifus, y la noticia se extiende por todo el barrio.

A los pocos días los ingresados y diagnosticados ya sumaban media centena. Por las características y la zona en que se localizan los enfermos, enseguida se comienza a sospechar que la causa podía venir del consumo de agua, del pozo de la Compañía Aguas La Gatassa, que estaba situado en la confluencia con la Avda. President Tarradellas, con  el paseo Ramón Berenguer, pegado a la riera de Argentona, que suministraba a los vecinos de esa zona.

El pozo, ya desde el primer momento, había sido motivo de denuncias por la insalubridad del agua debido a la proximidad con la Riera de Argentona, cuyas instalaciones además no reunían ningún tipo de garantía de higiene y por el que campaban a sus anchas numerosas ratas de tamaños considerables.

                                  

Viendo la inhibición del Ayuntamiento, la asociación de vecinos toma la iniciativa desde el primer momento, informando a los vecinos por medio de un coche con altavoces, dando instrucciones sanitarias que se habían de tomar en las casas y en los colegios para evitar los contagios.

Se convoca una asamblea, la asistencia fue multitudinaria y en ella se pidió la dimisión del responsable de sanidad Pedro Pérez Arciniega, a lo que se niega el alcalde Francisco Salas Moret, último alcalde nombrado a dedo, que había sustituido a Francisco Robert Graupera que había marchado de Gobernador civil a Barcelona.

La epidemia duró varios meses, cuando parecía estar dominada la situación volvió a aparecer una recaída que duró unos meses hasta casi finalizado el verano. Nunca sabremos la magnitud, de la epidemia, ya que el ayuntamiento daba pocos datos y de tarde e tarde, datos que al igual que ocurre ahora con el covid 19, nunca coincidían con los que disponía la vocalía de sanidad de la asociación que siempre eran superiores.

He intentado buscar información sobre las cifras que se dieron oficialmente, pero no son documentables, por lo que he optado por no publicarlas. Tampoco la multa que se le impuso a la compañía, una multa que no llegó ni al medio millón de pesetas y como no podía ser de otra manera se clausuró finalmente el pozo.

Ni siquiera supimos como llegaron las bacterias infecciosas al agua, dado que enfermedad la transmiten los piojos y las pulgas, aunque también es posible a través de garrapatas. Debió ser alguna rata de las muchas que entraban y salían del portalón del pozo que cayó al agua y se ahogó en ella.

La hambruna tienen un relación importante con la enfermedad, por eso tras la guerra hubo tantas epidemias de Tifus, que se llevó por delante muchos niños, en los que se ceban las bacterias, sobre todo en situaciones de hacinamiento, pobreza y falta de saneamiento en las viviendas, circunstancias todas que se daban en nuestro barrio en aquellos momentos.















 



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