OTRAS HISTORIAS

viernes, 21 de septiembre de 2012

PUNTO Y SEGUIDO...


Unos apuntes necesarios, antes de adentrarnos de lleno en el año 1950, que es cuando realmente comienza lo que históricamente nos interesa y que marca el inicio, de este nuestro barrio de Cerdanyola, o el barrio grande de Mataró, como llaman algunos.

Al igual que algunos de los personajes ya descritos, existían también los dueños de grandes "Masías" de las que es necesario dejar constancia, porqué saldrán en algunos relatos de los que irán apareciendo.

Oiremos hablar, de "Can Xiqués"; "Can Sereneta", junto a la carretera de Argentona, en cuya propiedad se encontraba el pozo y la noria, movida por un borriquillo, terreno donde hoy se haya edificada la parroquia de Mª Auxiliadora.

"Can Corredor; Can Vives";"Can Pujadas"; "Can Morros" y "Can Massó", que después de la guerra se conocería como "Cal Cinto" y que nosotros conocimos como la "Casona", demolida en el año 1994, en cuyo lugar se encuentra hoy día el Parque de Andalucía.

"Can Miralles, de la familia de Mariano García Cid, dueño de la empres textil "Tecofi", ya desparecida; "Els Tarongers, -hoy escuela de adultos-, su propietario Mariano Colomer, era un personaje que había estado en Cuba, y que a su vuelta, se dedicó a destilar agua y al cultivo de naranjas amrgas, de ambas cosas proveedor de la fábrica de licores "Calisay" de Arenys de Mar.

La famosa "Casa de la por", de la que tantas historias nos contaban, que nos causaba miedo y respeto, cuando nos tocaba pasar cerca, sobre todo cuando te veías obligado ha hacerlo ya de noche, en invierno,  y de la que compartiremos algunas.

La famosa fábrica de productos químicos "L´aguacuit", que durante tantos años nos amargó la vida y la salud a tantos y tantos vecinos. Estaba situada en el centro de lo que hoy es nuestro parque de Cerdanyola, en cuya parte alta, bajo los los pinos que la gente dicen enanos, que no crecerán más, porque debajo se encuentran enterrados los residuos nocivos de productos altamente tóxicos a pesar de las muchas quejas del vecindario, sin que el ayuntamiento atendiera sus peticiones, aunque finalmente y según parece, el dueño de la Granja Spa, harto de sufrir los malos olores, tan cerca de su finca, movilizó a un sector de los vecinos más perjudicados por los olores de los residuos y el agua contaminada, justo delante de sus casas y elevaron una queja al ayuntamiento, que esta vez sí que fue atendida, ordenando a la fábrica "Badía y Cía", que eran sus propietarios, para que cesara en los vertidos dándole un plazo de 24 horas.

La solicitud, fue ignorada por la empresa, por lo que el ayuntamiento se vio obligado ha hacerle un requerimiento de acreditación de la autorización de la Delegación de Industria, para la fabricación de productos químicos. Nuevamente los propietarios hacen caso omiso del requerimiento, con lo cual  durante muchos años más continuaron los vertidos y los malos olores, sin que el ayuntamiento volviera a intentarlo de nuevo.

Antes el 1942, se había llevado a cabo un intento de poner orden en las construcciones, que no se atenían a ningún proyecto urbanístico, pero el ayuntamiento una vez más  se adaptó a las circunstancias, y terminaría abandonando y cediendo a la tolerancia.

En 1944, se comenzaron a levantar voces contra el desorden urbanístico que se estaba llevando a cabo, y porque la construcción de tantas barracas daba una mala imagen a la entrada a Mataró por la carretera  de Granollers y Argentona. El ayuntamiento responde y convoca concurso, para la presentación de un anteproyecto urbanístico para el barrio de Sardañola, como llamaban al principio. Pura propaganda, ya que finalmente el concurso no se llevaría a cabo hasta muchos años después, cuando ya la situación fue irreversible, daño que hoy en día seguimos sufriendo.

En la próxima entrada nos adentraremos ya definitivamente el el año 1950 y trataremos de explicarles a través de las noticias de la época, cual era el aire que se respiraba en la ciudad en la que finalmente terminaríamos habitando, tantos miles de ciudadanos, venidos desde todos los rincones de la geografía
Ibérica.







viernes, 14 de septiembre de 2012

PUNTO Y SEGUIDO...


Después del largo paréntesis veraniego, he podido continuar, realizando entrevistas ya concertadas y poniendo en marcha otras de nuevas.

Debido a las dificultades con las que estamos tropezando, ya que resulta a veces muy complicado, seguir, como nos hubiera gustado, un orden cronológico más estricto, es por lo que hemos decidido colgarlas en la red, tal como vayamos teniendo la posibilidad de efectuar las entrevistas y grabaciones, tiempo habrá, si lo creemos necesario ordenarlas en su momento.

Hemos dejado los Salesianos, hasta la formación del oratorio y la historia de Don Manuel, de ahí en adelante, la dinámica de las historias, terminará enlazando el colegio y las diferentes entidades y grupos que continuaron la labor emprendida por él.

Tras la guerra civil, la década de los cuarenta traerá al barrio a diferentes familias autóctonas, unas buscando un lugar de descanso y esparcimiento, al entorno del Turó de Cerdanyola, una zona muy tranquila, en la es muy probable que vivieron los primeros pobladores de la ciudad, ya que en ella se descubrió el objeto más prehistórico de los que se han encontrado en nuestra ciudad, hasta el momento.

Entre alguna de las que vamos a escribir, por la importancia que tuvieron para la formación del barrio se encuentra la de Mariano García Cid, que van a vivir a Can Miralles; la de Daniel Mataró Soler, que se construye un chalet en la calle San Jorge, al que llamarán "Mas Florit"; Francisco Caballero en la esquina de Mayor y San Jorge; Tino, un alfarero que participó en lo poco que se podía en la época en cuestiones políticas, y que además fabricó piezas de relieve para el ayuntamiento, que se instaló en la calle Gaudí; Francisco Márques Novell, que construyó el chalet, en la calle Mayor, 30; Salvador Barrau, que construye una barraca de viña según el permiso municipal de la época, personaje peculiar que tuvo varios enfrentamientos con el propio ayuntamiento y que encontraremos en diferentes historias.
Salvador Clavell y Josep Serrat,  como dueños de granjas avícolas, negocio floreciente en aquel momento que llevó  a que se instalaran  alguna más y que funcionaron hasta casi los años setenta.
Francisco Escarpenter Fors, un maestro, compositor, que dedicó una sardana a nuestro barrio, detrás de la cual, llevamos bastante tiempo invertido, sin éxito hasta el momento; Domingo Viada, especialista en entoldados para ferias y fiestas, que ve una buena ocasión de invertir comprando terrenos, para luego venderlos en parcelas.

La guerra civil había quedado atrás, aunque las consecuencias como ya hemos dicho duraron demasiado tiempo. A pesar de ello, comienza a florecer un nuevo tejido industrial, que creará muchos puestos de trabajo, lo cual dará paso a la gran emigración que comenzará desde esa fecha y que no dejará de aumentar hasta bien entrada la década de los setenta.

Pero será a comienzo de los cincuenta, cuando el barrio comenzará a crecer de una manera vertiginosa y se irá consolidando alrededor de la incipiente parroquia de María Auxiliadora, de la que escribiremos extensamente en su momento.

Las primeras historias que hemos podido finalizar, son de personas, no autóctonas que fueron llegando al barrios en las fechas de las diferentes provincias españolas, huyendo de la miseria y en muchos casos de la represión franquista.