viernes, 14 de septiembre de 2012
PUNTO Y SEGUIDO...
Después del largo paréntesis veraniego, he podido continuar, realizando entrevistas ya concertadas y poniendo en marcha otras de nuevas.
Debido a las dificultades con las que estamos tropezando, ya que resulta a veces muy complicado, seguir, como nos hubiera gustado, un orden cronológico más estricto, es por lo que hemos decidido colgarlas en la red, tal como vayamos teniendo la posibilidad de efectuar las entrevistas y grabaciones, tiempo habrá, si lo creemos necesario ordenarlas en su momento.
Hemos dejado los Salesianos, hasta la formación del oratorio y la historia de Don Manuel, de ahí en adelante, la dinámica de las historias, terminará enlazando el colegio y las diferentes entidades y grupos que continuaron la labor emprendida por él.
Tras la guerra civil, la década de los cuarenta traerá al barrio a diferentes familias autóctonas, unas buscando un lugar de descanso y esparcimiento, al entorno del Turó de Cerdanyola, una zona muy tranquila, en la es muy probable que vivieron los primeros pobladores de la ciudad, ya que en ella se descubrió el objeto más prehistórico de los que se han encontrado en nuestra ciudad, hasta el momento.
Entre alguna de las que vamos a escribir, por la importancia que tuvieron para la formación del barrio se encuentra la de Mariano García Cid, que van a vivir a Can Miralles; la de Daniel Mataró Soler, que se construye un chalet en la calle San Jorge, al que llamarán "Mas Florit"; Francisco Caballero en la esquina de Mayor y San Jorge; Tino, un alfarero que participó en lo poco que se podía en la época en cuestiones políticas, y que además fabricó piezas de relieve para el ayuntamiento, que se instaló en la calle Gaudí; Francisco Márques Novell, que construyó el chalet, en la calle Mayor, 30; Salvador Barrau, que construye una barraca de viña según el permiso municipal de la época, personaje peculiar que tuvo varios enfrentamientos con el propio ayuntamiento y que encontraremos en diferentes historias.
Salvador Clavell y Josep Serrat, como dueños de granjas avícolas, negocio floreciente en aquel momento que llevó a que se instalaran alguna más y que funcionaron hasta casi los años setenta.
Francisco Escarpenter Fors, un maestro, compositor, que dedicó una sardana a nuestro barrio, detrás de la cual, llevamos bastante tiempo invertido, sin éxito hasta el momento; Domingo Viada, especialista en entoldados para ferias y fiestas, que ve una buena ocasión de invertir comprando terrenos, para luego venderlos en parcelas.
La guerra civil había quedado atrás, aunque las consecuencias como ya hemos dicho duraron demasiado tiempo. A pesar de ello, comienza a florecer un nuevo tejido industrial, que creará muchos puestos de trabajo, lo cual dará paso a la gran emigración que comenzará desde esa fecha y que no dejará de aumentar hasta bien entrada la década de los setenta.
Pero será a comienzo de los cincuenta, cuando el barrio comenzará a crecer de una manera vertiginosa y se irá consolidando alrededor de la incipiente parroquia de María Auxiliadora, de la que escribiremos extensamente en su momento.
Las primeras historias que hemos podido finalizar, son de personas, no autóctonas que fueron llegando al barrios en las fechas de las diferentes provincias españolas, huyendo de la miseria y en muchos casos de la represión franquista.
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