OTRAS HISTORIAS

martes, 22 de mayo de 2012

BLAS COLOMER ESCOBAR

BLAS COLOMER ESCOLAR


Blas Colomer Escolar, con unos compañeros de trabajo.


BLAS COLOMER ESCOBAR, era natural de Mataró y trabajaba como carrocero en el taller de XALABARDE, de la calle Real. Cuando comenzaron a venderse terrenos en el barrio, unos años antes de iniciarse la guerra civil, adquirió el terreno de la foto inferior, con una casa en la que había un pozo y una balsa para riego, aunque una vez fundada la compañía de aguas fue de los primeros en darse de alta y construirse un depósito, para el almacenamiento del agua.


En la foto, de los años 80, se ve la finca al completo, con la casa a la izquierda y el almacén a la derecha, donde estaba situado el pozo. Esta primera casa, que no sabemos con certeza quien fue su constructor, estaba al lado de la finca y la torre de los Colomer, cuya fábrica de géneros de Punto, de las primeras que se instalaron en el barrio, se puede contemplar a primera vista, por encima del tejado.


           Una vista aérea, nos deja ver, el solar y la casa de Blas, justo a la izquierda de la foto.

La casa en principio, no la habita hasta primero de los años 50, en que contrae matrimonio con MARIA SERRA VILA, natural también de Mataró y vienen a vivir al barrio, que ya comenzaba a crecer a buen ritmo.


               Blas y María, el día de su enlace matrimonial, celebrado en Mataró



              Blas, con su hija Teresa, en el banco que aún se conserva en la nueva casa




Blas y María, con su gata en brazos, en el terreno de que disponía la casa y que aprovechaba para dar suelta a su hobby de agricultor, muchos lo recordamos sembrando, sus propias hortalizas.




                                         Con su hija Teresa, en el patio de la casa.

Teresa, su hija, recuerda poco de sus primeros años, ya que debido a la inexistencia de colegios para niñas, tuvo que escolarizarse en el colegio de las Francesas y fueron sus tías, las que se encargaron de llevarla y recogerla del colegio, por lo que prácticamente en esa época ella solo venía a casa los fines de semana, y sus recuerdos del barrio en sus primeros años son muy confusos y apenas recuerda amistades.


              La clase de Teresa, del colegio de las Francesas, allá por los años 60



    En primer plano, Teresa con su gata. detrás un grupo de vecinos y amigos de la casa.



        Blas, con sus perros, en el banco donde tanto le gustaba sentarse a descansar


                                              Blas y María con su nieta Silvia




                                             Blas, con su perro y su nieta Silvia


     La finca, con el cartel anunciando la próxima construcción del bloque de Pisos



                                                     Comienzan las obras



                                                  La última foto de la casa


                                                   El foso del bloque 




                                                 La nueva Casa




                                            El Bloque desde la calle Creu de Fins

Blas, murió el año 1990 y no pudo ver terminada la obra, María, disfrutó muy poco 
de su nueva casa, ya que falleció el 1992, desde entonces su hija Teresa y su marido Miguel Galdeano Almecija, regentan la librería Teresa.


                                                    Teresa y Miguel


                                            Librería Teresa en Puig i Cadalfach

martes, 8 de mayo de 2012

LA COMPAÑÍA DE AGUAS


"La compañía de aguas"


En 1944, las casas y fincas existentes, conseguían el agua de pozos particulares y de la canalización de alguna de las minas que cruzan por su suelo. Con el aumento de vecinos que se habían instalado  en la zona una vez pasada la guerra civil, el agua comenzó a convertirse en un bien escaso, lo que motivó que alguno de los más antiguos, se reunieran en varias ocasiones preocupados por el tema, llegando a un acuerdo para iniciar las formalidades necesarias para la constitución de una compañía de aguas, que pudiera dar suministro a todos.

Formaban parte, los promotores señores, Daniel Mataró Soler; Manel Moragas i Fargas; Francisco Caballero, que vivía en la casa esquina c/Mayor y San Jorge y en cuyos bajos puso una de las primeras tiendas y bodega del barrio; el Sr. Pla, que poseía una finca de recreo, y que era dueño de la famosa sastrería "La Ciudad de Londres";  y el Sr. Xaudaró, un pintor de Mataró, que también tenía casa en el barrio.

Una vez en su poder los permisos oficiales, iniciaron contactos con la Compañía de Aguas de Mataró-Argentona, que fueron los asesores y encargados de su canalización. El agua, provenía  de una mina del Torrente de Vera, y era llevada hasta el depósito, para su distribución entre los asociados que lo fueron solicitando.



En esta foto de la gran nevada de 1.962, se puede observar en el centro, el depósito ya desaparecido.

Daniel Mataró ostentaría el cargo de presidente y Manel Moragas el de secretario, con el resto como vocales de la junta de aguas. Se reunían periódicamente en Villa Moragas, en las se concedía el alta a los nuevos socios que lo solicitaban,  cada vez  en mayor número, ya que por entonces las construc-ciones en la zona, aumentaban de una manera considerable, porque comenzaban a llegar al barrio, los primeros emigrantes foráneos.

La puesta en marcha del servicio de aguas supuso un verdadero impulso para la zona, por la comodidad que representaba para los residentes el hecho de poder disfrutar de agua corriente.

La inauguración del servicio, estuvo precedida por una gran fiesta, lo constituyó entonces un gran acontecimiento, con la celebración del mayor evento, hasta entonces celebrada en el incipiente vecindario.

Hubo según se cuenta, una gran concurrencia, que acudieron desde todos los puntos de la ciudad, muchos atraídos por la curiosidad de una zona que ya comenzaba a ser conocida y comentada en todos los ámbitos  locales, con el nombre de "Sardañola".

Tras la misa de rigor en el colegio de los Salesianos,  la junta, y su séquito, se trasladaron hasta la fuente donde se procedió a la bendición de las nuevas instalaciones, que estuvieron a cargo del director del colegio, Don Félix José Pintado, que se había hecho cargo del colegio tras la guerra civil y que años más tarde llegó a ser nombrado Obispo, como tal, vendría tiempos después, a la inauguración de la nueva iglesia del colegio, que él mismo bendeciría en el año 1963.




1963 Bendición de la nueva iglesia del colegio salesianos, a cargo del ya Obispo, Félix José Pintado

Tras la ceremonia, se desarrolló un programa de actos, que dieron comienzo con una carrera organizada por el C.A.Layetania, en la que participaron también algunos  jóvenes de la zona, una audición de sardanas, lanzamiento de globos, y fuegos artificiales japoneses, y finalmente los numerosos asistentes fueron obsequiados por la comisión organizadora con un "vino español", denominación obligatoria tras la guerra, hasta muchos años después.


Los gigantes de Mataró, desfilando por la calle San Jorge, en la primera ocasión que acudían al barrio,
                                                   con motivo de una fiesta.-


Los porteadores de los gigantes, posando con el Sr. Daniel Mataró, (entre los guardias) delante de
                                          casa  Mataró, en la calle San Jorge nº 26.-

La compañía, prestó sus servicio al barrio bastantes años, Daniel Mataró Rafel, sustituyó a su padre como presidente y hasta su desaparición cuando fue absorbida por la compañía de Aguas de Mataró-Argentona, fue el encargado de sus servicios y funcionamiento.







martes, 1 de mayo de 2012

AMPLIACIÓN SALESIANOS


Ampliación de los Salesianos





      Ampliación del ala que da a la carretera, donde se construyó el teatro del colegio 1.944




  El teatro y su entrada, visto desde el patio interior.

Acabada la guerra, los Salesianos  han vuelto al colegio y a pesar de la actividad a que estuvo sometido, no han encontrado grandes destrozos, lo que si van encontrar es un pequeño crematorio que se había construido en uno de los patios, para la incineración de los miembros que amputaban a los heridos de guerra y que fue derribado

Durante la década de los cuarenta llevan a cabo nuevas ampliaciones , aumentando la capacidad del colegio y dotándolo de biblioteca, enfermería y las nuevas habitaciones de los salesianos.

La inauguración se lleva a cabo el 27 de Mayo de 1945, día en que se celebraba la fiesta externa con motivo de la festividad de Mª Auxiliadora, y la llevó a cabo el  padre Juan Alberto,  provincial de la orden, que había sido uno de los fundadores del colegio.

Por la tarde se representaba la zarzuela "Caperucita  azul", compuesta por el padre Felípe Alcántara para la inauguración, y que él mismo acompañó a piano junto con la orquesta.

Como se puede ver en la segunda foto, el teatro quedaba a ras con el patio interior, así que se decidió que la parte baja exterior que daba a la carretera, se acondicionara para poner en funcionamiento del Oratorio Festivo Salesiano, una especie de lo que hoy llamamos "esplais",  donde los juegos y el esparcimiento no eran la prioridad, ya que se combinaban con la formación religiosa, pero dándole más acento a esta.



El 8 de diciembre del mismo año, con motivo de la festividad de la Inmaculada, se puso en marcha el oratorio, con niños de la barriada, cumpliendo así uno de los objetivos de los Salesianos, de ayudar en lo posible a encarrilar al menos la enseñanza religiosa de los niños que corrían por el barrio.



Y es aquí donde entra en escena este salesiano, que hacía un año había aterrizado en el colegio y que tanta importancia tuvo en el desarrollo de los primeros pasos de nuestro barrio, y tan recordado por todos.

Era de Valencia y tenía 31 años, hacía tan solo dos años que había sido ordenado, y ejercía como maestro asistente, pero su enorme vitalidad no se conformaba con eso. Él quería llenar su vida con algo más, y encontró primero en el oratorio, y después en el barrio un motivo para orientar su vocación de servicio a los demás en el verdadero espíritu de San Juan Bosco, el servicio hacia los más pobres.

Ayudado por alumnos del colegio, puso manos a la obra, emprendiendo cursos de catecismo que te daban derecho, si asistías, a la entrada al cine del colegio  la tarde del domingo.

De él se han explicado historias, sin otro fundamento que el boca a boca, que en muchas ocasiones no se relacionan con la verdad. Es cierto,  explican alumnos de los que trabajaron con él, que era un hombre muy lanzado, por lo cual en algunos momentos fue incómodo para muchas personas, incluidos sus superiores y compañeros que no veían con buenos ojos la entrega y la prioridad que él le daba a ciertos asuntos de la barriada.

Pronto se dio cuenta que su apostolado no debía circunscribirse solamente a la religión y comenzó a montar cursos de matemáticas, gramática, ortografía, a organizar excursiones para unos niños que carecían de todo.

Javier Manté, del que escribiremos en otra ocasión, era uno de sus colaboradores,  le ayudó a montar unas brigadas  que conjuntamente con los escoltas de Mataró, los domingos por la mañana, iban a ayudar a los que estaban construyendo sus casas y les repartían leche en polvo y queso americano, aquel de color amarillento.

Contradice esta aportación de uno de sus principales colaboradores, la falsa anécdota que se cuenta de él, de que se presentó con una imagen y obligó a todo el mundo a abandonar la construcción y bajar  a San José  a comulgar.

Yo no he encontrado nadie de esa época que me dé fe de ello y sí al contrario, los que corroboran,  lo que explica su ayudante Javier Manté, que él y sus alumnos colaboradores, ayudaban a los vecinos en la construcción de sus casas los mismos domingos sin afearle nada ni exigirle ir a misa.

Don Manuel Serrano, del que volveremos a escribir con motivo de otros acontecimientos, estuvo en el colegio y llevando el oratorio hasta el año 1955, en que es destinado a Monzón (Huesca), allí desarrolla una actividad parecida a la de aquí, compagina su trabajo en el colegio, con el apostolado en un barrio de emigrantes  llamado "El Palomar", donde una de sus calles lleva su nombre. También trabajó en otro barrio obrero el de San Juan, donde aún hay gente que lo recuerda con el nombre de "El Santo"

Termina su apostolado en la República Dominicana donde había sido trasladado por decisión propia y en uno de los viajes a Valencia para visitar a su familia muere de accidente el año 1992.



                                              Don Manuel con unos compañeros.

Justamente ese mismo año habíamos comenzado a organizarle un merecido homenaje, en una de sus visitas a su familia, cuando nos llegó la triste noticia de su muerte.

Un hombre que cubrió con su entrega al barrio, muchísimas de las carencias de los recién llegados, que los políticos de la época ignoraron, que dejó huella en muchas personas que aún lo recuerdan con muchísimo cariño y agradecimiento, al que no se le ha hecho el más mínimo acto de reconocimiento en nuestra ciudad.

He dejado a parte, lo que concierne a las historias que se pueden contar del oratorio festivo salesiano, para  que personas que lo vivieron directamente se encarguen de hacerlo con mucho más conocimiento de los acontecimientos.


               Una de sus últimas fotos en Monzón, haciendo apostolado con matrimonios.