OTRAS HISTORIAS

viernes, 4 de mayo de 2018

ANTONIO RODRIGUEZ AVELLANEDA


                                                        Antonio Rodriguez Avellaneda 

Nace en Motril (Granada en 1943 y crece dentro de una familia de jornaleros involucrados en la lucha obrera, en tiempos muy difíciles después de la guerra civil y en lo más duro de la etapa franquista. Con apenas 17 años, ya se identificaba con los movimientos antiyanquis que existían en aquella época  con motivo de la guerra de Vietnan, que hizo que mucha gente se pusiera a favor del pueblo vietnamita, adoptando posiciones de izquierdas; Como en aquellos tiempos no existía en España otra fuerza política organizada que no fuese el Partido Comunista, pues a él iban a parar todos los que decidían arriesgarse a favor de la lucha por los trabajadores abandonados a su suerte y sin ningún tipo de derechos con el régimen y la patronal de la época que lo apoyaba ciegamente por motivos obvios. Entrar por lo tanto en el partido comunista suponía exponerte a todo tipo de peligros, detenciones arbitrarias de más o menos duración y lo que era peor la pérdida del puesto de trabajo, cuando tan difícil y necesario era tenerlo para poder sobrevivir.



En 1961 con 18 años es detenido por primera vez. Con motivo del quinto aniversario del asesinato de un dirigente obrero del Partido Comunista, Ricardo Beneito, que fue detenido, torturado y finalmente fusilado por el gobierno franquista a pesar de la presión internacional que intentó que se le conmutara la pena, a la que no hicieron ni caso como fue siempre lo habitual, cuando se trataba de una pena de muerte, pasarse las petición por el forro de los pantalones. La dirección del Partido Comunista había decidido recordar su asesinato llevándole flores a su tumba. Como la policía averiguó que los claveles para la ofrenda procedían de Motril, que en aquel tiempo disponía de cultivos muy importantes de esa flor. Hicieron una redada y detuvieron  a más de 30 personas solo del pueblo de Motril.





Tras salir de la cárcel, viendo el rumbo que tomaban las cosasa, decido venirme a Mataró, era noviembre de 1962. Tuve suerte de dar con un paleta Blas Martínez que vivía en la calle Maravillas y hacía de constructor por el barrio y me dió faena enseguida, con él aprendí muchas cosas de mi oficio que luego me sirvieron de mucha ayuda con el transcurso de los años, ya que siempre estuve trabajando en la construcción.


Yo ya sabía antes de venir, que en Catalunya existía un partido comunista que le llamaban el PSUC, por ello todos los que en el resto de España pertenecíamos al Partido Comunista, en cuanto llegábamos aquí teníamos todas las facilidades para entrar en él. Así que a traves de López Bulla, que durante muchos años fue el máximo dirigente de Comisiones Obreras, del que me hice muy amigo, incluso llegamos a vivir en el mismo bloque, conseguí entrar de su mano  en PSUC, era el año 1966 y desde el primer momento comienzo a trabajar en la organización del movimiento obrero de Mataró a través de CCOO de Mataró, que habíamos fundado López Bulla y yo, junto a un grupo de antiguos anarquistas de la HOAC, con trabajadores especialmente del ramo del agua del tinte, junto a un grupo de independientes.

Uno de los primeros trabajos que me encargaron, fue la confección y reparto de unas octavillas que lanzamos a la calle llamando a la gente a boicotear el referéndum en noviembre de 1966,  que había organizado el franquismo para perpetuar sus leyes y afianzarse en el poder para mucho tiempo, siendo entonces Fraga ministro de información y turismo.



En octubre de 1967, en Mataró llevamos a cabo uno de los actos más importantes celebrados en nuestra ciudad, en la lucha contra el franquismo. Ocupamos la sala de actos del Sindicado Vertical, que entonces estaba en plena Riera un poco más abajo del ayuntamiento. Previamente terminamos introduciendo gente en el sindicato, del que López Bulla había conseguido infiltrarse y era vocal social, ya que no podíamos permitirnos el lujo de quedar fuera de los espacios en los que se estaba jugando el futuro de la clase obrera.



Así que sin permiso de los jerarcas sindicales, se logró abarrotar el local de trabajadores y celebramos una asamblea, lo que provocó la detención de todos los miembros de la coordinadora de CCOO, ya que la policía estaba de incógnito en el local. Todos los detenidos cumplieron condenas diferentes de varios meses y López Bulla se tragó dos años en la Modelo. A pesar de las detenciones y condenas, nadie daba un paso atrás y la lucha cada vez iba tomando más cuerpo. Durante varios años se organizaron las primeras huelgas en nuestra ciudad, en la que participaban todos los ramos mínimamente organizados., hasta que finalmente llega 1976 cuando desde el propio sindicato vertical que había tenido un cambio ligeramente democrático se organizó un importante movimiento huelguístico que acabó en la huelga general de la construcción de Barcelona.



Fué una huelga masiva e indefinida a cara de perro para conseguir mejoras de todo tipo, tanto de las salariales como de de nuevas normas de seguridad en el trabajo y convenios colectivos de todo tipo. Comenzó el día 16 de febrero y terminó el día 29 del mismo més ya que aquel mes fue bisiesto. Se convocaban asambleas diarias en el Velódromo y en el Pabellón de deportes. Nos encargábamos de las convocatorias Vivas, Padilla, Pozo y yo.


Nos concetrábamos en la plaza de las Teresas y desde allí se marchaba en manifestación hasta el velódromo o el pabellón municipal. El último día día de la huelga, la noche del 28 al 29, estuvimos toda la noche reunidos en asamblea permanente, mientras se estaba negociando y vigilados por la policía que no pudo impedirlo a pesar de haberlo intentado por medio de amenazas. La patronal estaba totalmente desbordada y no tuvo más remedio que ir claudicando poco a poco.




El año 1969 se decretó el estado de excepción en Mataró, caímos toda la dirección de CCOO y del PSUC, por lo menos 30 personas, estuvimos presos en la cárcel Modelo dos meses

En julio de 1976, en una asamblea celebrada en la iglesia de San Medir de Barcelona, se decidió transformar CCOO en sindicato. En aquella asamblea estuvimos más de 20 personas de Mataró representando a todos los ramos. Hubo problemas internos, porque en principio nuestra postura era la de trabajar por conseguir  un solo sindicato, evidentemente la patronal estaba en contra y trabajó para dividirnos  consiguiendo con su apoyo  que finalmente se añadieran la UGT y la CNT



Entonces a CCOO, no le quedó otro remedio que constituirse en sindicato para no perder el carro. Así que en octubre se comenzó a cotizar y se expidieron los primeros carnets de afiliados. Como luego pudimos comprobar fue un total acierto entrar dentro del Sindicato Vertical, de lo contrario no se hubiera avanzado al mismo ritmo, ya que más tarde no pudieron arrebatarnos las parcelas de poder que habíamos conquistado. El PSOE  defendía que mientras que durase la dictadura no se podía hacer nada y que era mejor esperar, al contrario, nosotros entendíamos que mientras llegaba ese tiempo, se podían arreglar las penas y las condiciones de los trabajadores, conquistando cuotas de poder para crear mejores condiciones en defensa de nuestros afiliados, lo mismo ocurría con la UGT que también eran reacios a todo.



En 1976, 83 miembros de CCOO, firmamos un manifiesto llamando a la huelga general de la construcción con motivo de que todos los convenios rompían los topes salariales, y la delegación de  gobierno para asuntos económicos no homologaba los convenios, por lo que no llegaban a entrar en vigor. Por dicho motivo Martín Villa a la sazón ministro de interior, mandó detenernos a todos los firmantes. La agitación que produjo nuestra detención fue tan grande que no tuvieron más remedio que soltarnos. Aquella misma noche el alcalde accidental en aquel momento, acompañado por una gran cantidad de gente de CCOO, fueron a librarnos al depósito municipal donde nos tenían recluidos, esta fue mi última detención.





He militado en CCOO 33 años, hasta el 31 de diciembre del 2009, y sigo militando en el PSUC Viu, quedamos pocos pero ahí estamos-










miércoles, 2 de mayo de 2018

FAMILIA LIGOS


Jacinto y Lorenza, en su patio de la calle Sant Jordi


En la puerta de casa Sant Jordi 37

El matrimonio Jacinto Ligos Lobo, natural de La Muedra (Soria) y de Lorenza Hernando Tomás natural de Atauta (Soria) llegaron a Mataró el año 1952. Dado que él era guardia civil fueron a vivir al cuartel de la guardia civil de la Habana, en Mataró, donde vivieron hasta el año 1958, fecha en la que se trasladaron a la casa que la familia se había construído en la calle Sant Jordi 37.




Victor Ligos, el pequeño nos cuenta como recuerda, la época que les tocó vivir desde se llegada a Mataró, hasta terminar instalándose en la casa que se construyeron en Cerdanyola, entre toda la familia
                    
EL MEU PETIT CARRER

La nostra immigració cap a Catalunya va tenir orígen a Soria. L'ofici del meu pare Jacinto, guàrdia civil, l´obligava a canviar cada cinc anys de destí. Així es dona la circumstància que els sis germans que som, cada dos tenim un lloc diferent de naixement dins de la provincia de Soria.En el moment de triar nou destí va haver-s'ho de rumiar molt, el sou misérrim de guárdia en aquells moments, 1952, i vuit boques per alimentar, els seus fills amb edats entre els 16 i els 4 anys, en una Soria que no oferia cap expectativa de futurr per als fills en edat de treballar ni possibilitat de feinas per guanyar-se dignament la vida. Així va optar per venir cap a Catalunya, on podia ser més fácil trobar llocs de treball pels fills a la indústria que lentament es recuperava dels caos de la guerra civil i de l´aïllament  energètic internacional. No importava el trasbals que comportava  quedar lluny de tot lligam familiar i haver de començar tots de nou. El 13 de desembre de 1952 sortíem de Soria cap a Barcelona i Mataró. Respecte a molts altres immigrants que vindrien posteriorment, teníen la gran sort que comptávem amb un sou baix, pero fixe, i una vivenda segura temporalment.

En arribar ràpidament  els dos germans grans, 16 i 14, van buscar-se feina. la trobaren a Vimaco (Vidreria de Mataró Cooperativa) feina dura y molt poc sou, aviat canviarien als tallers mecànics de Jaume Trabal. La noia gran amb 12 anys va començar a embolicar caramels a Can Fradera, abans de dos anys ya estava treballant a Cartonatges Nogueras i després  passà al téxtil. Els altres tres a l'escola, les noies a l'escola pública Puerto Rico i yo a Cal Senyor Banet.

La nostra relació amb Cerdanyola o Poble Sec com es coneixia el barri va començar cap a l'any 1956. S'acostava l'edat de retir del meu pare, juliol de 1958, i calía pensar en trobar casa ya que el retir comportava la pérdua de la vivenda en el quarter. El fet que altres companys guárdies civils ya haguessin fet el mateix pas va esperonar als pares a buscar un terreny per a bastir-hi una vivenda. Dos companys s'havien fet la casa al carrer Sant Miquel (Sr. Real) i al carrer Tres Roques (Sr. Vilaroya) i un altre al carrer València (Sr. Medina). Compte quan parlo de carrers en aquesta època estic parlant de cases, ya que no hi havia voreres ni cloaques, i la  il-luminació pública era inexistent o escadussera. Les millors condicions de l'aglomeració de la banda nord (possibilitat d'aigua corrent) va inclinar a buscar terreny en aquesta zona, aixi després de veure diferents terrenys i venedors optaren per comprar un, al carrer Sant Jordi. El 19 d'octubre de 1956 firmaven la compra de la parcel-la als senyors Jaime Drechel Simson i Anna Ott Weiss, un matrimoni alemany sobre el que circulaven moltes llegendes de la seva arribada a Mataró o a Cerdanyola. Es deia que era un militar nazi que havia fugit per no ser jutjat acabada la Guerra Mundial, altres deien que era jueu que havia pogut fugir per no ser exterminat. No ho sé certament quina era la veritat. La vivenda on vivien era una barraca amb teulada d'uralita o de canalot metal-lic. Les condicions higiéniques erem mol precàries i mes si afegim que a la mateixa casa vivien el fill y la seva dona ( Sra. Teresa) i que van tenir dos fills (l'Anna i Carles). El meu record dels vells alemanys era molt senzill, l'alemany com li dèiem era molt mal carat, sempre ens fotia crits per qualsevol cosa, malgrat que a vegades feia broma o somreia. La senyora Anna sortia poc de casa anava molt deixada i constantment, quan passaven per casa seva per anar a casa, ens demanava si li podíem anar a buscar una ampolla de vi. Aixó ho haviem de fer mig d'amagat ja que el seu home es pujava pels núvols si ho sabia . La bodega era a Casa la Maña, (Sra Patro), estava a la cruïlla del carrer Major, carrer Sant Jordi. El seu marit li faltava un braç i era conegut pel "Manco", també tenien tres fills, un noi y dues noies. El noi era fruit d'un matrimoni anterior, i sobre la relació de la Sra.Patro amb el seu home corrien distintes xafarderies. Jo els tenia per mol bona gent. La filla gran, la Glòria encara esta lligada a Cerdanyola.

El meu pare era molt legalista i fins que no va tenir els plànols y els permisos aprovats no varem a començar a construir la casa, cap a finals de 1956. Els plànols els va fer l'arquitecte municipal, el Sr. Brullet. Els plànols, fora de la localització de la finca, semblaven fets amb fotocopiadora , ya que he tingut molts altres a les mans i tots semblen iguals, fora de la superficie i situació del terreny. Tenien una funció orientativa ya que tan el paleta com els meus germans van modificar la distribució interior d'acord al seu criteri o necessitats, per exemple en el plànol s'avia previst fer-la amb teulada i es va construir amb terrat a la catalana. Una de les cosas que van afegir va ser una dutxa que en el plànol no s'havia tingut en compte i comentant-li al mateix arquitecte va dir "vosaltres mateixos" i que érem els primers que li havíem demanat. Afortunadament la situació del terreny, bastant pla, va facilitar molt la feina d'anivellar la superficie de construcció, ja que l'aplanament i les valls pels fonaments les feien el meu pare i els meus germans quan tenien moments lliures del treball. Els meus germans sols els dissabtes i diumenges, i el pare qualsevol matí o tarda lliure, depenent dels serveis.

L'Andreu Ribot era un bon paleta que treballava a casa nostra sols els dissabtes a la tarde i diumenges al matí, quan estaven disponibles per a fer de peons el meus germans. Així l'obra es va anar allargassant sempre en dependència dels diners que podíem anar estalviant per continuar-la. Van ser anys de molt dur estalvi familiar. El Sr. Ribot, i el seu fill Jordi eren del mateix barri on viviem, la Havana. Era molt xerraire, per ell vaig començar a conèixer que havia estat l'anarquisme, l'etapa del pistolerisme a Barcelona i actuacions de la FAI abans i durant la guerra, de la cual tampoc sabiem gaire, per no dir gens. Era anarquista convençut, havia estat empresonat i s'havia salvat de ser afusellat acabada la guerra per ell no sabia quin miracle. El pare el va conèixer d'haver d'anar a passar la revista quinzenal o mensual al quarter y por la fama que tenía de bon paleta i home seriós. Quan s'acostava la data del retir del pare la casa no estava acabada, per la cual cosa els paletes van de haver d'anar a treballar durant la semana. Per estalviar un jornal de peó i comptant que era l'etapa de fer el terrat, i un peó havia d'estar sempre al costat dels dos paletes, a mi me va tocar plegar d'anar a l'escola
durant dos mesos i convertir-me en el peó de fer la pasta, pujar-la, servir rajoles, anar a buscar aigua...i qualsevol cosa que demanessin.

La pasta la fèiem al mig del carrer, al carrer Sant Jordi dols es podia entrar pel carrer Major y a casa meva s'acabava. Encara l'alemany tenia terres de conreu, el que resultarien cinc parcel-les a la banda nord, dues parceles seguides a casa nostra i tres al darrere d'aquestes tocant al Camí o Torrent de Capelllanets, tres mes al davant, a la banda sud. Cap a la banda de llevant encara hi havia els terrenys agrícoles d'en Bada, que anaven des del Camí de Capellanets fins la carretera d'Argentona tocant als Salesians, estaven envoltats per una tanca. Aquesta zona no s'urbanitzaria fins el principi dels 60. Gràcies a urbanitzar-se i per tant a haver de disposar clavegueram va permetre que totes la vivendas del carrer Sant Jordi, Sant Miquel i Tres Roques puguessin connectar les clavegueres. La claveguera desembocava a l'aire lliure en el Torrent de la Gatassa travessant la carretera, a l'alçada de l'actual cruïlla del carrer Ramón Berenguer amb l'avinguda Gatassa al final del parc de Cerdanyola.

En aquella zona encara no havia vivendas. Fins aquell moment totes les cases havian de disposar d'un pou negre on s'acumulava els detritus, l'aigua i les defecacions humanes. Depenia de la capacitat del pou o de les possibilitats d'absorció del terre. Periòdicament havien de venir les cubes de la "Mezquita" per recollir-la i fer-la servir com adob a l'agricultura. Tanbé gràcies a aquesta claveguera es van edificar els cuatre blocs del carrer Sant Jordi, els tres que deien dels protestants o d'en Velando i un altre situat al final del carrer amb la cruïlla amb el nou carrer obert de Maragall. Abans que arribéssim nosaltres al carrer algú ja havia intentat fer un bloc de vivendas a la cantonada amb el carrer Major, però  per la causa que fos no havia passat de fer els fonaments i marcar el perimetre  del bloc amb dues o tres fileres de totxanes, els fonaments van servir prl nou bloc. A la caseta que hi havia preparada pels paletes del bloc frustat es va establir una familia amb tres fills provinent de Ceuta o Melilla durant unos quants. El pare de la familia va fer-se guàrdia municipal.

El carrer Sant Jordi de quan vàrem arribar nosaltres era un simple alineat d'unes quantes cases. A la banda sud y fent cantonada hi havia la bodega de la "Maña·, les terres del senyor Benet, que vivia a Mataró al carrer Fray Luis de León i que abastava des de la cantonada fins Cal senyor Mataró. Els carrers Sant Daniel i Creu de Fins es van obrir quan es començà l'edificació dels dos blocs. La casa dels Mataró, avi, fill y net es deien Daniel, va començar essent una casa d'estiueig i ja els avis van establir-se definitivament. Era el temps que molta gent van fer granges avícoles, com els Spá, arran de carretera i ells també feren una al seu jardí. Al costat mateix una altra cassa on hi vivia el Sr. Joan i la seva familia, ell treballava a la FECSA. Marxaren del carrer cap al principi dels 70, peró es quedaren al barri. A la banda nord del carrer començant pel carrer Major hi havia un terreny del bloc començat i inacabat. Seguidament  un terreny que pertanyia als germans Comas, que tenían una carbonería al carrer Major, al costat del limit del bloc esmentat. Una caseta d'estiueig, d'uns senyors de Barcelona, quan ell es va retirar de la Renfe, van establir-se definitivament al carrer. A continuació la vivienda i magatzen del Sr. Victorino Cruz. El Sr. Victorino es dedicava a comercialitzar l'aigua de Cabrera. Va ser molt conegut sl barri, va regentar dos bares un al propi carrer Sant Jordi y altre a la cruïlla del carrer Vitòria amb Valencia, era un establiment molt concorregut per la seva situació i pel bon caràcter del Sr. Vitorino. Aixó fou cap el 1962, era quan es començaven a ocupar els terrenys de Can Morros i s'havia creat un camp de futbol en l'espai comprés entre el centre social de Can Morros,  fins els Bombers. Per sota del carrer Valencia no hi havia encara cap construcció.

Tornem al carrer Sant Jordi. En Victorino, també va construir unes vivendas, encara existents, al darrere del seu terreny que lindava al nord amb el torrent Capellanets, davant del carrer Sant Miquel. Tenía dos fills, Domènec i la Montserrat, uns anys després naixeria una altra nena. Com a curiositat diré que les tres persones que conec amb el nom de Victorino eren el Sr. Cruz, el carter d'Argentona i jo mateix. A tocar hi havia la d'en Miquelet i la Mª Rosa,, era una parella jove de Mataró que just s'estaven acabant la casa. Terrenys encara d'horta, davant de casa els senyors Mataró quan nosaltres just acabàvem la nostra casa es començà a bastir una casa la germana del senyor Mataró, i una altra caseta d'estiueig, la dels senyors Sancho, un planchista de Mataró, aquesta no estava alineada al carrer i si ho estava al darrera amb el Torrent dels Capellanets. Uns anys després els Sancho també vingueren a viure exclusivament al carrer. Seguidament ja es trobava la nostra casa. I aquí s'acabava el carrer Sant Jordi. Curiosamente nosaltres vàrem ser els primers immigrants de parla castellana que habitavem el carrer Sant Jordi, en contrast amb els dos carrers porpers San Miquel i Tres Rocas, on les families catalanes estaven en minoria sinó malament sols la de l'Andreu Cañas y els Codosal, aquets provinents de Castello, eren els únics de parla catalana.

El 23 de juliol de 1958 ens vam instal-lar definitivament a viure al barri on ara encar hi viu una de les meves germanes. El meu pare havia complet els 50 anys el 3 de juliol i s'havia retirat de la guàrdia civil i per tant haviem de marxar del quarter.

Per arribar a casa des de Mataró el camí més ràpid era passar pel Torrent de Capellanets provinent de les faldes del Turó de Cerdanyola, la muntanya de la Creu, desguassava a la carretera de Mataró a Argentona. El torrent passava, per entre mig dels Salesians i Can Bartra, que amb el temps es diria urbanització Sant Salvador, era bastant abrupte en alguns trams i força perillós passar-lo de nit sense llanterna. El torrent desapareixeria absorbit per les reformes d'ampliació dels camps d'esports dels Salesians al principi de la década de los 70. L'altre solució era anar fins al carrer Major i passant pel costat del "Barco" i la torre Moragas pujar fins l'entrada del carrer Sant Jordi. En el carrer Major hi havia una botiqueta on quasi tothom anava a comprar, b'asicament el pa, que el portaven de Mataró. La majoria de la gent comprava a Mataró i ja fos a peu o amb el tramvia es portaven la càrrega. El carrer  Major anava a petar al torrent de Capellanets i passant per diferents cases d'estiueig i torres s'arribava a la Floresta, un conjunt de cases a peu de Turó. No hi havia il-luminació als carrers i sols la llum propia d'algunes cases permetia circular dificilment pels carrers a la nit.

El fet que sols hi havia una escola, la de la parroquia, insuficient para tota la canalla del barri i a mes sols acceptava nois, obligava a haver de baixar a escola a Mataró, el mateix passava amb els llocs de treball, al barri no existia encara cap fàbrica. Aixi cada mati i tarda era una corrua de gent la que baixava y pujava cap i des Mataró. El tramvia, l'únic transport públic, era insufient per a tanta població que dia a dia anava en augment.

El carrer Sant Jordi també s'anà omplint con la arribada dels Màrmol, el senyor José feia de conserge als Salesians i la senyora Carmen seria una bona companya de la meva mare fins la seva mort(tres germans Màrmol encara viuen al carrer); la senyora Isabel i el Sr. Domingo. Quan encara no s'havien construit els blocs i el carrer estava mig tancat, fèiem unes magnífiques vetllades i serenates al  carrer. Les voreres de les cases a l'estiu lluïen unes magnifiques plantes de "Juanes de noche" que guarnien  per si sols l'indret. Quan es va obrir el carrer per urbanitzar el terreny dels Bada en la dècada dels 60, es va acabar l'espai tranquil i quasi reservat que haviem gaudit. El blocs a banda i banda del carrer creixeren en pocs anys i el trànsit rodat i l'anonimat dels nous habitants ompliren el carrer.