Antonio Rodriguez Avellaneda
Nace en Motril (Granada en 1943 y crece dentro de una familia de jornaleros involucrados en la lucha obrera, en tiempos muy difíciles después de la guerra civil y en lo más duro de la etapa franquista. Con apenas 17 años, ya se identificaba con los movimientos antiyanquis que existían en aquella época con motivo de la guerra de Vietnan, que hizo que mucha gente se pusiera a favor del pueblo vietnamita, adoptando posiciones de izquierdas; Como en aquellos tiempos no existía en España otra fuerza política organizada que no fuese el Partido Comunista, pues a él iban a parar todos los que decidían arriesgarse a favor de la lucha por los trabajadores abandonados a su suerte y sin ningún tipo de derechos con el régimen y la patronal de la época que lo apoyaba ciegamente por motivos obvios. Entrar por lo tanto en el partido comunista suponía exponerte a todo tipo de peligros, detenciones arbitrarias de más o menos duración y lo que era peor la pérdida del puesto de trabajo, cuando tan difícil y necesario era tenerlo para poder sobrevivir.
En 1961 con 18 años es detenido por primera vez. Con motivo del quinto aniversario del asesinato de un dirigente obrero del Partido Comunista, Ricardo Beneito, que fue detenido, torturado y finalmente fusilado por el gobierno franquista a pesar de la presión internacional que intentó que se le conmutara la pena, a la que no hicieron ni caso como fue siempre lo habitual, cuando se trataba de una pena de muerte, pasarse las petición por el forro de los pantalones. La dirección del Partido Comunista había decidido recordar su asesinato llevándole flores a su tumba. Como la policía averiguó que los claveles para la ofrenda procedían de Motril, que en aquel tiempo disponía de cultivos muy importantes de esa flor. Hicieron una redada y detuvieron a más de 30 personas solo del pueblo de Motril.
Tras salir de la cárcel, viendo el rumbo que tomaban las cosasa, decido venirme a Mataró, era noviembre de 1962. Tuve suerte de dar con un paleta Blas Martínez que vivía en la calle Maravillas y hacía de constructor por el barrio y me dió faena enseguida, con él aprendí muchas cosas de mi oficio que luego me sirvieron de mucha ayuda con el transcurso de los años, ya que siempre estuve trabajando en la construcción.
Yo ya sabía antes de venir, que en Catalunya existía un partido comunista que le llamaban el PSUC, por ello todos los que en el resto de España pertenecíamos al Partido Comunista, en cuanto llegábamos aquí teníamos todas las facilidades para entrar en él. Así que a traves de López Bulla, que durante muchos años fue el máximo dirigente de Comisiones Obreras, del que me hice muy amigo, incluso llegamos a vivir en el mismo bloque, conseguí entrar de su mano en PSUC, era el año 1966 y desde el primer momento comienzo a trabajar en la organización del movimiento obrero de Mataró a través de CCOO de Mataró, que habíamos fundado López Bulla y yo, junto a un grupo de antiguos anarquistas de la HOAC, con trabajadores especialmente del ramo del agua del tinte, junto a un grupo de independientes.
Uno de los primeros trabajos que me encargaron, fue la confección y reparto de unas octavillas que lanzamos a la calle llamando a la gente a boicotear el referéndum en noviembre de 1966, que había organizado el franquismo para perpetuar sus leyes y afianzarse en el poder para mucho tiempo, siendo entonces Fraga ministro de información y turismo.
En octubre de 1967, en Mataró llevamos a cabo uno de los actos más importantes celebrados en nuestra ciudad, en la lucha contra el franquismo. Ocupamos la sala de actos del Sindicado Vertical, que entonces estaba en plena Riera un poco más abajo del ayuntamiento. Previamente terminamos introduciendo gente en el sindicato, del que López Bulla había conseguido infiltrarse y era vocal social, ya que no podíamos permitirnos el lujo de quedar fuera de los espacios en los que se estaba jugando el futuro de la clase obrera.
Así que sin permiso de los jerarcas sindicales, se logró abarrotar el local de trabajadores y celebramos una asamblea, lo que provocó la detención de todos los miembros de la coordinadora de CCOO, ya que la policía estaba de incógnito en el local. Todos los detenidos cumplieron condenas diferentes de varios meses y López Bulla se tragó dos años en la Modelo. A pesar de las detenciones y condenas, nadie daba un paso atrás y la lucha cada vez iba tomando más cuerpo. Durante varios años se organizaron las primeras huelgas en nuestra ciudad, en la que participaban todos los ramos mínimamente organizados., hasta que finalmente llega 1976 cuando desde el propio sindicato vertical que había tenido un cambio ligeramente democrático se organizó un importante movimiento huelguístico que acabó en la huelga general de la construcción de Barcelona.
Fué una huelga masiva e indefinida a cara de perro para conseguir mejoras de todo tipo, tanto de las salariales como de de nuevas normas de seguridad en el trabajo y convenios colectivos de todo tipo. Comenzó el día 16 de febrero y terminó el día 29 del mismo més ya que aquel mes fue bisiesto. Se convocaban asambleas diarias en el Velódromo y en el Pabellón de deportes. Nos encargábamos de las convocatorias Vivas, Padilla, Pozo y yo.
Nos concetrábamos en la plaza de las Teresas y desde allí se marchaba en manifestación hasta el velódromo o el pabellón municipal. El último día día de la huelga, la noche del 28 al 29, estuvimos toda la noche reunidos en asamblea permanente, mientras se estaba negociando y vigilados por la policía que no pudo impedirlo a pesar de haberlo intentado por medio de amenazas. La patronal estaba totalmente desbordada y no tuvo más remedio que ir claudicando poco a poco.
El año 1969 se decretó el estado de excepción en Mataró, caímos toda la dirección de CCOO y del PSUC, por lo menos 30 personas, estuvimos presos en la cárcel Modelo dos meses
En julio de 1976, en una asamblea celebrada en la iglesia de San Medir de Barcelona, se decidió transformar CCOO en sindicato. En aquella asamblea estuvimos más de 20 personas de Mataró representando a todos los ramos. Hubo problemas internos, porque en principio nuestra postura era la de trabajar por conseguir un solo sindicato, evidentemente la patronal estaba en contra y trabajó para dividirnos consiguiendo con su apoyo que finalmente se añadieran la UGT y la CNT
Entonces a CCOO, no le quedó otro remedio que constituirse en sindicato para no perder el carro. Así que en octubre se comenzó a cotizar y se expidieron los primeros carnets de afiliados. Como luego pudimos comprobar fue un total acierto entrar dentro del Sindicato Vertical, de lo contrario no se hubiera avanzado al mismo ritmo, ya que más tarde no pudieron arrebatarnos las parcelas de poder que habíamos conquistado. El PSOE defendía que mientras que durase la dictadura no se podía hacer nada y que era mejor esperar, al contrario, nosotros entendíamos que mientras llegaba ese tiempo, se podían arreglar las penas y las condiciones de los trabajadores, conquistando cuotas de poder para crear mejores condiciones en defensa de nuestros afiliados, lo mismo ocurría con la UGT que también eran reacios a todo.
En 1976, 83 miembros de CCOO, firmamos un manifiesto llamando a la huelga general de la construcción con motivo de que todos los convenios rompían los topes salariales, y la delegación de gobierno para asuntos económicos no homologaba los convenios, por lo que no llegaban a entrar en vigor. Por dicho motivo Martín Villa a la sazón ministro de interior, mandó detenernos a todos los firmantes. La agitación que produjo nuestra detención fue tan grande que no tuvieron más remedio que soltarnos. Aquella misma noche el alcalde accidental en aquel momento, acompañado por una gran cantidad de gente de CCOO, fueron a librarnos al depósito municipal donde nos tenían recluidos, esta fue mi última detención.
He militado en CCOO 33 años, hasta el 31 de diciembre del 2009, y sigo militando en el PSUC Viu, quedamos pocos pero ahí estamos-
Tras salir de la cárcel, viendo el rumbo que tomaban las cosasa, decido venirme a Mataró, era noviembre de 1962. Tuve suerte de dar con un paleta Blas Martínez que vivía en la calle Maravillas y hacía de constructor por el barrio y me dió faena enseguida, con él aprendí muchas cosas de mi oficio que luego me sirvieron de mucha ayuda con el transcurso de los años, ya que siempre estuve trabajando en la construcción.
Yo ya sabía antes de venir, que en Catalunya existía un partido comunista que le llamaban el PSUC, por ello todos los que en el resto de España pertenecíamos al Partido Comunista, en cuanto llegábamos aquí teníamos todas las facilidades para entrar en él. Así que a traves de López Bulla, que durante muchos años fue el máximo dirigente de Comisiones Obreras, del que me hice muy amigo, incluso llegamos a vivir en el mismo bloque, conseguí entrar de su mano en PSUC, era el año 1966 y desde el primer momento comienzo a trabajar en la organización del movimiento obrero de Mataró a través de CCOO de Mataró, que habíamos fundado López Bulla y yo, junto a un grupo de antiguos anarquistas de la HOAC, con trabajadores especialmente del ramo del agua del tinte, junto a un grupo de independientes.
Uno de los primeros trabajos que me encargaron, fue la confección y reparto de unas octavillas que lanzamos a la calle llamando a la gente a boicotear el referéndum en noviembre de 1966, que había organizado el franquismo para perpetuar sus leyes y afianzarse en el poder para mucho tiempo, siendo entonces Fraga ministro de información y turismo.
En octubre de 1967, en Mataró llevamos a cabo uno de los actos más importantes celebrados en nuestra ciudad, en la lucha contra el franquismo. Ocupamos la sala de actos del Sindicado Vertical, que entonces estaba en plena Riera un poco más abajo del ayuntamiento. Previamente terminamos introduciendo gente en el sindicato, del que López Bulla había conseguido infiltrarse y era vocal social, ya que no podíamos permitirnos el lujo de quedar fuera de los espacios en los que se estaba jugando el futuro de la clase obrera.
Así que sin permiso de los jerarcas sindicales, se logró abarrotar el local de trabajadores y celebramos una asamblea, lo que provocó la detención de todos los miembros de la coordinadora de CCOO, ya que la policía estaba de incógnito en el local. Todos los detenidos cumplieron condenas diferentes de varios meses y López Bulla se tragó dos años en la Modelo. A pesar de las detenciones y condenas, nadie daba un paso atrás y la lucha cada vez iba tomando más cuerpo. Durante varios años se organizaron las primeras huelgas en nuestra ciudad, en la que participaban todos los ramos mínimamente organizados., hasta que finalmente llega 1976 cuando desde el propio sindicato vertical que había tenido un cambio ligeramente democrático se organizó un importante movimiento huelguístico que acabó en la huelga general de la construcción de Barcelona.
Fué una huelga masiva e indefinida a cara de perro para conseguir mejoras de todo tipo, tanto de las salariales como de de nuevas normas de seguridad en el trabajo y convenios colectivos de todo tipo. Comenzó el día 16 de febrero y terminó el día 29 del mismo més ya que aquel mes fue bisiesto. Se convocaban asambleas diarias en el Velódromo y en el Pabellón de deportes. Nos encargábamos de las convocatorias Vivas, Padilla, Pozo y yo.
Nos concetrábamos en la plaza de las Teresas y desde allí se marchaba en manifestación hasta el velódromo o el pabellón municipal. El último día día de la huelga, la noche del 28 al 29, estuvimos toda la noche reunidos en asamblea permanente, mientras se estaba negociando y vigilados por la policía que no pudo impedirlo a pesar de haberlo intentado por medio de amenazas. La patronal estaba totalmente desbordada y no tuvo más remedio que ir claudicando poco a poco.
El año 1969 se decretó el estado de excepción en Mataró, caímos toda la dirección de CCOO y del PSUC, por lo menos 30 personas, estuvimos presos en la cárcel Modelo dos meses
En julio de 1976, en una asamblea celebrada en la iglesia de San Medir de Barcelona, se decidió transformar CCOO en sindicato. En aquella asamblea estuvimos más de 20 personas de Mataró representando a todos los ramos. Hubo problemas internos, porque en principio nuestra postura era la de trabajar por conseguir un solo sindicato, evidentemente la patronal estaba en contra y trabajó para dividirnos consiguiendo con su apoyo que finalmente se añadieran la UGT y la CNT
Entonces a CCOO, no le quedó otro remedio que constituirse en sindicato para no perder el carro. Así que en octubre se comenzó a cotizar y se expidieron los primeros carnets de afiliados. Como luego pudimos comprobar fue un total acierto entrar dentro del Sindicato Vertical, de lo contrario no se hubiera avanzado al mismo ritmo, ya que más tarde no pudieron arrebatarnos las parcelas de poder que habíamos conquistado. El PSOE defendía que mientras que durase la dictadura no se podía hacer nada y que era mejor esperar, al contrario, nosotros entendíamos que mientras llegaba ese tiempo, se podían arreglar las penas y las condiciones de los trabajadores, conquistando cuotas de poder para crear mejores condiciones en defensa de nuestros afiliados, lo mismo ocurría con la UGT que también eran reacios a todo.
En 1976, 83 miembros de CCOO, firmamos un manifiesto llamando a la huelga general de la construcción con motivo de que todos los convenios rompían los topes salariales, y la delegación de gobierno para asuntos económicos no homologaba los convenios, por lo que no llegaban a entrar en vigor. Por dicho motivo Martín Villa a la sazón ministro de interior, mandó detenernos a todos los firmantes. La agitación que produjo nuestra detención fue tan grande que no tuvieron más remedio que soltarnos. Aquella misma noche el alcalde accidental en aquel momento, acompañado por una gran cantidad de gente de CCOO, fueron a librarnos al depósito municipal donde nos tenían recluidos, esta fue mi última detención.
He militado en CCOO 33 años, hasta el 31 de diciembre del 2009, y sigo militando en el PSUC Viu, quedamos pocos pero ahí estamos-
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