José en el servicio militar
Antonia Ríos Ternero, de soltera trabajando en el textil, en los años cincuenta.
José Muñoz Torreblanca, llegaba a Mataró a finales del año
1950, soltero, ejerce varios trabajos hasta juntar unos ahorros, con lo que
el año 1953 compra un solar a Biada, que era el propietario de casi todos los terrenos
de Cerdanyola sur. A ratos como casi todos en aquella época, con tochanas de la
cercana bóvila, que existía junto a la ahora Ronda Tarradellas y con agua de
una mina que reventaba un poco mas abajo, donde iban muchas mujeres a lavar, ya
que Cerdanyola carecía de agua, bueno de agua y de todos los servicios, ya que
ni siquiera había un plan urbanístico, termina construyéndose su primera
vivienda.
En el 24 de Julio de 1958, se casa con Antonia Ríos Ternero,
también de Villanueva de la Concepción como él, a la que ya conocía de su
pueblo. El viaje de novios, como casi todos en aquella época un día por
Barcelona y al otro al tajo de nuevo, había quien ni eso.
El año 1962, abre el Bar Villanueva, en recuerdo de su
pueblo natal, para esa época ya habían tenido el hijo mayor Antonio, que había
nacido el año 59; seis años mas tarde venía al mundo su 2º hijo, Gabriel, y
otros seis años después llega el pequeño José María.
En los años 70, después de varias reformas, comienza como
restaurador, sirviendo comidas caseras.
Unos años después se hace con la vivienda de al lado, de una
forma un poco casual, resulta que en ella residía una vecina que con frecuencia
se caía rodando por la escalera y siempre le tocaba a él llevarla a la clínica,
una vez, cansado ya de hacer de ambulancia, le propuso a la vecina comprarle el
piso a cambio de otro que él le tuvo que pagar, para posteriormente por el
mismo procedimiento y a base de créditos
e hipotecas, hacerse con el resto del edificio. Anexionando las dos
viviendas, construye el ahora nº 69 de la calle Jaime I, reforma nuevamente el
bar, con una nueva cocina y abre ya el actual Restaurante, en el que se emplea
al completo toda su familia.
A partir de aquí se convierte en unos de los restaurantes de
referencia del barrio de Cerdanyola, tanto para los vecinos, como para
comensales que vienen de los diferentes barrios de Mataró, así como de fuera de la ciudad, atraídos por
una carta extensa y variada, junto a
unos precios asequibles a todos los bolsillos, y un servicio muy familiar.
Don José Muñoz Torreblanca, 55 años de servicio a sus clientes, todo un lujo para nuestro barrio
En tantos años detrás de un mostrador ha vivido muchas
anécdotas, pero la que mejor recuerda es la de que una vez le sucedió con un
cliente que tras apurar su cerveza, dejó una propina de 6 céntimos de las
antiguas pesetas. El Sr. José tocó la campana, como era costumbre y el cliente
se lo tomó como una indirecta, se enfadó de tal manera que terminó por llamar a la policía, finalmente cuando esta hizo acto de presencia, le hizo entrar en razones, aunque eso
sí perdió un cliente, ya que nunca más volvió al bar.
Son uno de los muchos ejemplos de personas emprendedoras que llegaron con el único patrimonio de sus manos y una enorme gana de trabajar y a base de esfuerzo y tesón, lograron abrirse paso en una época muy difícil, con el añadido de dejarles abierto un camino más fácil a sus hijos, que se han involucrado con él en el negocio.
Se da la circunstancia que con el paso del tiempo, el bar se ha ido modernizando y adaptando a las necesidades de su clientela, convirtiéndose en el Bar Restaurante más antiguo y apreciado de Cerdanyola,
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