OTRAS HISTORIAS

viernes, 9 de diciembre de 2011

PROLOGO

                                                                PROLOGO

                                          
                   Años 50.- Una incipiente Cerdanyola, vista desde el Turó de la Cruz

Llegué a Mataró, en los primeros meses del año 1957, apenas acababa de dejar atrás mi niñez y comenzaba mi adolescencia, que se convertía de pronto en traumática, por cuanto sin quererlo, me veía obligado a emigrar, y además solo. Los dos años anteriores que había pasado en Madrid, antes de abandonar definitivamente Antequera, ya habían sido duros para un niño que disfrutaba de una alegre niñez, todavía ajeno a los problemas económicos y al drama que ello representaba para muchas familias de mi entorno.

Mis períodos estivales, pasados en Fuente de Piedra, lugar de residencia de mi familia materna, son para mí, una época de imborrables recuerdos. Mi abuela María, una mujer de una vitalidad exultante, a pesar de los dos tremendos hachazos que había recibido, la pérdida de dos hijos en la plenitud de su juventud, representó para mí una pérdida irreparable. Durante mi estancia veraniega, le ayudaba a diario a recoger la puesta de las gallinas y patos de un amplio corral, que poseía la familia, al tiempo que le ayudaba a desplumar, la abundante caza que a diario traían mis tíos, y que cada noche servían de cena compartida con los vecinos, en animadas tertulias, sentados a la puerta de las casas, disfrutando del frescor de la noche, contemplando las estrellas, que en Andalucía son más bellas, que en cualquier otro lugar.

Luego nos contaban maravillosas historias, que a los niños nos dejaban boquiabiertos y que cuando finalmente llegábamos rendidos a la cama, nos servían para tejer  nuestros sueños infantiles.

Su maravillosa laguna, donde a pesar de los guardas y las prohibiciones, nos bañábamos y correteábamos tras las diferentes aves intentando atrapar a los más lentos, los patos, mientras admirábamos la elegancia de los miles de flamencos, que cada año acuden allí para anidar sus crías y a los que asustábamos por el simple placer de disfrutar de su majestuosos vuelo.

De golpe y sin saber el por qué, en un suspiro, todo se convirtió en el paraíso perdido, nunca volvería a disfrutar esas sensaciones. ¡Cuantas lágrimas derramé, recordando, en la tremenda soledad a la que me vi obligado!

Pronto fui consciente que mi situación, al menos momentáneamente, era irreversible, así que me hice firme propósito de volver en cuanto tuviera la ocasión. Pero como dice la poesía: Pamplinas, figuraciones tontas, que se inventan los chavales, luego la vida se impone y tanto tienes, tanto vales.

Pasó el tiempo conocí a Bienvenida, me enamoré, nos casamos y durante algún tiempo, mantuve mi sueño de volver, esta vez compartido, pero las circunstancias hacen que el tiempo desbarate tus sueño, primero pasó a un segundo plano y lentamente fue difuminándose, hasta terminar en un imposible.

Mis estudios, y el  trabajar mi padre de chófer y enfermero en el colegio salesiano, me dieron unas ventajas, que me convirtieron desde un primer momento, en un gran apoyo para mis amigos y compañeros de aquella época, que ahora tanto me han animado en este intento de recopilación de estas historias de Cerdanyola.

Cuando la celebración del 40º aniversario del grupo de teatro EPMA, de la parroquia de Mª Auxiliadora, me volví a relacionar de nuevo con antiguos compañeros y algunos amigos, entre los nuevos establecí y mantuve una muy buena amistad, con Andrés Arregui. En una de las muchas sobremesas de las buenas comidas que compartimos con amigos y familiares, nos planteamos escribir un libro con historias de Cerdanyola.

El, unos años más joven que yo, y posee también  documentos y crónicas, incluso alguna película de super 8 m/m de la época, lo cual nos animó a unir nuestro esfuerzo en el proyecto. Posteriormente, el hecho de que Juan de Maya, que conocía el nuestro, escribiera "Cerdanyola el Barri Gran de Mataró" y el affaire y las circunstancias de la doble EPMA, lo congeló definitivamente.

Al quedar descartado, al menos momentáneamente el libro, y animado por mis amigos, he decidido ir colgando en éste blog, abierto expresamente para el caso, todo el material acumulado. Procuraré seguir una cronología, que puede verse alterada en el caso de nuevos documentos que puedan incidir el orden,  y en  lo acontecido. En el libro mencionado con anterioridad se pueden encontrar datos cronológicos, que se pueden consultar, por lo que sería una pérdida de tiempo por mi parte volver a incidir en ellas.

Son muchas las historias que se cuentan, algunas repetitivas, en otras  similares a lo que ya se ha escrito, cada persona tiene "su historia", en algunos casos distorsionadas y desajustadas a la realidad, pero es la "suya", por eso queríamos que el libro se llamara Historias de Cerdanyola, y no la historia de Cerdanyola, contada por tal o por cual, y por ello, las transcribiré tal como figura en los originales que me han entregado. No entraré en ninguna polémica, con nada, ni con nadie, y sí estoy abierto a cualquier colaboración de buena voluntad, por parte de quienes quieran participar, bien con alguna historia o con alguna fotografía, que incluiré gustosamente.





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